Hacía tiempo que no nos enfrentábamos a un matamarcianos del tipo de Pawarumi. Nacido a partir de una campaña en Kickstarter en 2017, el juego del estudio independiente francés apuesta por un diseño audiovisual notable y una jugabilidad que se inspira en grandes del género como Ikaruga o Radiant Silvergun, y en juegos tradicionales de toda la vida como el piedra papel o tijera. Así de crudo y así de desconcertante se presenta Pawarumi en Switch, una pequeña joya que quizás no deberías dejar escapar...
La propuesta no es totalmente nueva, ya que este matamarcianos de corte vertical y ambientación neoazteca, ya pisó fuerte en Steam, donde, por desgracia, no obtuvo el reconocimiento necesario. Bajo las bonitas apariencias, el juego de Manufacture43 guarda un buen trabajo de diseño y unas mecánicas y una jugabilidad que denotan un buen conocimiento del medio y que va más allá de situar unas cuantas oleadas de enemigos y diferentes tipos de disparo. Pawarumi es un título trabajado, con sentido y con cierta profundidad que en RetroManiac celebramos como si no hubiera un mañana.
Los primeros compases son más sosegados |
El quid de la cuestión es un ingenioso sistema de armamento y combinación del mismo que provoca diferentes reacciones en las tripas del juego. Tres colores que se corresponden con otras tres armas y sus correspondientes animales sagrados de algunas civilizaciones precolombinas: la serpiente (verde), el cóndor (azul) y el jaguar (rojo). Cada una de estas armas está asociada a un botón de nuestro mando y provocará una reacción diferente según el color (sí, lo habéis adivinado) del enemigo al que disparemos, incluidos jefes finales de fase.
La historia se cuenta en esta suerte de viñetas entre niveles |
Así, si por ejemplo disparamos a un enemigo de color verde con nuestro disparo verde, podremos recargar nuestro escudo, muy útil ya que a poco que avancemos será inevitable que recibamos daños. Si usamos este mismo disparo verde contra enemigos de color rojo, lo que haremos es doblar nuestro poder de ataque y eliminarlos antes. Y si, por último, ese disparo verde lo usamos contra enemigos azules, recargaremos una barra de superataque que nos vendrá muy bien para despejar según que momentos. Gran parte del trabajo de los diseños de los niveles se ha ido precisamente en proponer un ritmo adecuado en las fases: oleadas de enemigos de colores que nos ayudarán a restituir nuestro escudo tras un tramo especialmente difícil, grandes máquinas que se mezclan con pequeños enjambres para que decidamos si queremos optar por aumentar nuestro superataque o ir a saco...
Este podría ser un buen momento para recuperar escudo |
Esto, que os puede recordar de manera indudable a Ikaruga y su dualidad de colores, se complica en Pawarumi de manera exponencial al tener en cuenta tres colores y tres efectos diferentes. El cerebro tarda unas partidas en hacerse cargo del asunto y, aún tras varias partidas, todavía parecerá que no riega suficiente para saber qué es lo mejor que podemos hacer en según que momentos. Algo de memorización de los niveles y, por supuesto, habilidad, serán necesarios. Afortunadamente los diseñadores han incluido una especie de chuleta de colorines en la parte inferior de la pantalla, un tutorial y un modo entrenamiento que vendrá genial para intentar memorizar las partes más complejas del nivel. En cualquier caso, si queréis tener éxito, Pawarumi exige concentración y disposición; no vale andar a lo loco a partir del segundo nivel de dificultad propuesto.
El juego nos llevará a escenarios de lo más exóticos |
Y esa es otra: mientras que en fácil terminar el juego será relativamente sencillo (más bien será un entrenamiento), no llegaremos al final real del juego, lo que nos obligará a tirarnos al modo de dificultad medio, donde las cosas ya empiezan a ponerse serias. La dificultad alta está reservada para auténticos cracks de los matamarcianos (ahí tenéis al amigo Fran Friki dando una lección), y es donde el juego adquiere un cariz más cercano a los bullet hell y la memorización se impone un poquito más. Hay que tener en cuenta, que, en cualquier caso, el juego son cinco niveles y que podría terminarse en algo menos de 40 minutos, pero así han sido siempre los matamarcianos, ¿no?
Los jefes cuentan con patrones y ataques que cambian según el nivel de dificultad |
Técnicamente el juego en Switch luce bastante bien. Creado mediante Unity, notamos algunos tirones en momentos puntuales del juego, en la carga de los niveles cuando se nos cuenta la historia y cuando existen giros de cámara que dejan ver más del escenario pero que en realidad no son interactivos. Por lo demás suele ir suave y cuenta con un diseño artístico que nos encanta, mezclando esas pirámides mayas y aztecas con elementos tecnológicos imposibles. Son gráficos muy imaginativos que también influyen en todos los enemigos y, especialmente, en los enemigos más grandes. Una gozada que además se complementa gracias a las diferentes ambientaciones (ciudad, cuevas de fuego...).
Los giros de cámara son habituales y muy espectaculares |
Esto se complementa con una banda sonora genial y muy original, que mezcla también ritmos más tribales y característicos de la época, con toques y arreglos contemporáneos que van oscilando de estilo. Ciertamente ha sido una elección muy apropiada, que va cambiando de ritmo según el tramo del nivel y que alcanza el momento álgido con el combate contra el boss de turno.
¡Ojo, que quema! |
Pawarumi se merece un notable alto, o incluso un sobresaliente. Es un juego bien acabado, justo y realizado, en el que se ha vertido cariño y dedicación además de un profundo conocimiento de un género que es más complejo de lo que pueda parecer en un principio. Puede que algún modo más complementario de juego hubiera redondeado el conjunto (nos morimos por un multijugador, por ejemplo), pero los cambios jugables entre niveles de dificultad o la posibilidad de compartir nuestras mejores puntuaciones online sí que son un buen aliciente para los amantes de los shmups. Una ambientación prodigiosa a todos los niveles, y una jugabilidad que exige acomodarse por lo del sistema de colores pero que luego fluye en nuestros cerebros como mandan los cánones adictivos, rematan el juego hasta altas cotas. ¡Muy recomendable!
Visita la web oficial para más info
Pawarumi está disponible en ordenadores Windows y Mac en Steam, y ahora ha salido publicado en Switch y Xbox One a un precio aproximado de 15 €. Más adelante aparecerá en PS4. Versión comentada de Switch.
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