Probamos la versión para Switch de este divertido juego
De la mano de Niklas Istenes y Olof Karlsso, con la ayuda de Retroid, nos llega a tiendas digitales de Switch y Steam el colorido y retante juego de plataformas Wunderling. En la piel de un secuaz que no sabe saltar y que es derrotado por un héroe zanahoria, la malvada hechicera Kohirabi nos resucitará y otorgará el preciado poder de saltar frente a un buen puñado de niveles de concepción más o menos clásica y unos diseños bidimensionales bastante atractivos. ¿Nos acompañas?
Bajo esa premisa tan simple se esconde un juego de plataformas con mecánicas tan sencillas como adictivas (con similitud a ciertos juegos para dispositivos Android/iOS), pero que poco a poco se irá complicando aumentando el reto. A pesar de ello no falta el pensamiento constante de «un nivel más y lo dejo».
Al iniciar el juego nos encontraremos con un menú que nos permitirá cambiar las opciones de control y audio, así como entrar a seleccionar partida. En este último punto cabe destacar que tendremos 3 ranuras para grabar varias partidas si va a jugar más de una persona a este título. Quizá para algunos no sea relevante, pero es algo que en personas con más familiares en casa se echa en falta en muchos títulos.
Una vez empezamos la partida tomamos el control del héroe zanahoria pudiendo saltar y pisar a los secuaces de Kohirabi hasta llegar a una bandera de final de nivel cual Mario. Todo esto forma parte de una introducción jugable en la que luego de ello aparece la propia Kohirabi resucitando a nuestro simpático secuaz y tras un breve diálogo le otorga el poder de saltar.
Empezando la partida al fin bajo la piel del secuaz nos encontramos ante un juego con un precioso pixelart muy colorido y un apartado sonoro a la altura con melodías muy agradables y relajantes junto a efectos sonoros tales como el levantar el vuelo de los pájaros o el agua cayendo de cascadas que a veces hay por algunos niveles.
En cuanto a la parte jugable nuestro personaje avanzará en linea recta automáticamente y nosotros deberemos presionar el botón de saltar en los momentos adecuados (según cuánto mantengamos apretado el botón variará la altura del salto) para avanzar por los niveles entre plataformas y esquivando peligros, saliendo por un agujero negro/portal inicial y llegando al agujero negro/portal donde termina la fase.
Pero no todo es tan sencillo, pues a lo largo de cada nivel deberemos ir recogiendo ciertos objetos o de lo contrario nuestro personaje morirá por el camino, cual Sonic en nivel de agua sin oxígeno. Además, en cada nivel habrá un cofre con un objeto para personalizar al secuaz, a veces oculto en paredes falsas, y en muchos casos nos hará andar bastante camino adicional, así que en dicho caso deberemos administrar cuando coger o no objetos (evitar coger algunos) o de lo contrario iremos viendo como nuestro corazón va menguando y será imposible llegar al agujero negro vivos.
A lo largo del juego las mecánicas van profundizándose y ampliándose con ejemplos como puertas de colores para las cuales primero deberemos coger una llave del respectivo color (cómo recuerda a la saga Mario vs. Donkey), plataformas con una parte rosácea que al pisarlas nos hacen correr en una dirección determinada, una especie de hongo que al pisarlo según cuánto pulsemos el botón de salto nos propulsará muy alto o por ejemplo cuando en el segundo mundo aprendemos una habilidad de “boost” que nos hará correr mucho temporalmente para hacer saltos a más distancia. Sin duda, este título no para de sorprendernos.
En definitiva estamos ante un juego que, sin necesidad de una potencia gráfica 3D impresionante, nos ofrecerá multitud de horas de diversión si tratamos de recolectar todos los objetos de cada nivel y diálogos ocasionales de corte cómico. Wunderling está disponible para Switch y Steam desde el pasado 5 de marzo por unos 15 €.
Por KDarkblade2
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