El origen de Strike Force Heroes se remonta a los portales de juegos Flash, donde su fórmula directa de acción en 2D, clases diferenciadas y escenarios compactos lo convirtió rápidamente en un título destacado dentro del género. Con el final de Flash y la desaparición de esos portales, muchos de estos juegos quedaron olvidados en el tiempo, pero Strike Force Heroes aguantó como un jabato gracias a un buen puñado de seguidores que disfrutaban con las andanzas de estos guerreros digitales.
También movieron palmito en dispositivos móviles y en 2023 dieorn el 'do de pecho' con la mentada versión remasterizada en PC, que introduce gráficos renovados —aunque no ocultan el origen de los mismos hace 15 años—, una campaña ampliada, cinemáticas tipo dibujos animados y un doblaje que ciertamente sobresale por encima de otros aspectos más humildes de esta producción, Strike Forces Heroes conseguía su espacio en el complicado mundillo de los indies en Steam.
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| El juego está repleto de estadísticas y opciones. Quizás abruman un poco de primeras |
El salto a consolas, incluida Switch, que es la versión que hemos probado, amplía su alcance. Su formato portátil encaja especialmente bien con la estructura de partidas rápidas del juego, convirtiéndolo en una buena opción, sobre todo para sesiones breves o si disfrutas del multi cooperativo o tipo deathmatch.
Inspirado en los arcade de toda la vida
Strike Force Heroes destaca por la claridad de su propuesta. Su objetivo no es ofrecer sistemas complejos, sino acción directa, ritmo acelerado y numerosas opciones para personalizar la experiencia de juego. Si bien la base es la del típico run'n gun de los 80-90, léase los sagrados Contra o Metal Slug, lo cierto es que al final esa sensación queda diluida un poco por el método de control —más pecero— y por la cantidad de opciones y modos de juegos que se añaden a la experiencia.
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| La campaña está trufada de algunos momentos épicos XD |
Las clases —médico, francotirador, tanque, asalto, asesino, entre otras— sirven de base para construir estilos de juego únicos. A partir de ese punto, la personalización es el gran atractivo: armas principales, secundarias, habilidades especiales, pasivas y accesorios configurables permiten crear builds muy distintas entre sí. Puede ser algo abrumador en un principio, sobre todo si esperábamos encontrar la sencillez del típico personaje cachas a lo Rambo, pero luego se agradece contar con estas opciones para darle más variedad a las partidas.
Por otro lado, la campaña principal incorpora escenas animadas y doblaje que aportan bastante personalidad y poseen notable calidad. No pretende ser una historia profunda, pero acompaña la acción con tono ligero y un enfoque que recuerda al cine de acción clásico. La oferta multijugador añade más capas de juego: misiones cooperativas y modos uno contra otro contribuyen ayudan a prolongar la vida útil del título.
Tras unas horas de juego, nos hemos divertido bastante aún a pesar del sistema de control que se nos hace un pelín árido en consola —movimiento del personaje y apuntado independientes en progresión lateral 2D—. A pesar de sus virtudes, Strike Force Heroes presenta algunas limitaciones, como el sistema de progresión, que se apoya quizás un tanto en demasía en mecánicas de azar, lo que puede resultar frustrante si la obtención de equipamiento depende, por ejemplo, de nuestra suerte. Aunque añade emoción, también provoca que disminuya la sensación de avance.
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| El multijugador es parte importante de la experiencia de juego |
También puede resultar un poco repetitivo. Tras varias horas, el diseño de misiones tiende a ser un poco predecible. La jugabilidad está afinada y es sólida, dentro de lo que se puede esperar en un titulo de este tipo, pero la variedad de situaciones no siempre evita esa sensación de rutina que ya nos conocemos. Afortunadamente siempre nos quedará el multi, pero tenedlo en cuenta si lo que buscáis es una campaña en solitario divertida y desafiante. Por cierto, que el equilibrio entre clases y armas también presenta altibajos, especialmente en el modo uno contra otro, donde la enorme cantidad de configuraciones posibles puede crear diferencias notables.
El apartado visual es funcional y atractivo; las animaciones y ciertos elementos estéticos mantienen un aire simple que contrasta con el trabajo realizado en sonido y doblaje. No afecta a su jugabilidad, pero limita su atractivo para quienes buscan un acabado más moderno.
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| Gráficamente resulta más atractivo que entregas anteriores |
Un regreso sólido con margen de mejora
La mezcla de acción rápida, personalización profunda y diseño accesible funciona igual de bien hoy, y su llegada a consolas ayuda a introducirlo a un público distinto al típico que puede encontrarse en PC. No es un título que destaque por su apartado visual ni por su complejidad estratégica, pero sí ofrece una experiencia arcade directa y eficaz, con suficiente personalidad para diferenciarse dentro del género run’n gun moderno y que incluye modos multi siempre bien valorados.
Para quienes disfrutan de shooters 2D dinámicos y personalizables, ofrece una propuesta divertida y honesta. Para quienes buscan profundidad o un acabado gráfico destacable, puede quedarse corto. Pero dentro de su nicho, cumple con solidez y, ¡qué narices!, recupera parte del espíritu perdido de los juegos Flash de acción.






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