Con la confirmación hace poco de que reservando la versión para Switch de Dragon Ball FighterZ, los jugones se llevarían de regalo la descarga digital de Dragon Ball Z: Super Butouden, hemos recuperado este pequeño comentario incluido en el Retrodossier de la saga que se publicó en los números 9 y 10 de la revista. ¡Disfrutadlo!
Tras una primera incursión en Super Famicom en la que se arriesgó poco, parece que Bandai y TOSE Software se estaban guardando lo mejor. Y es que en un panorama en el que el género de la lucha era el más popular del momento, con Street Fighter II dándolo todo en salones recreativos y conversiones domésticas, era cuestión de tiempo que Son Goku y el resto de Saiyajin decidieran adoptar esta fórmula para representar sus espectaculares pugnas.
Reportajes como este hicieron mucho para que los jugones se buscaran las castañas localizando aquellos cartuchos en perfecto japonés |
A comienzos de 1993, llegó a Japón Dragon Ball Z: Super Butouden, y lo cierto es que se lo llevó de calle. Aprovechando todo el potencial de la 16 bits, se plasmó en el cartucho a los más representativos personajes del momento, Son Goku, Son Gohan, Piccolo, Vegeta, Freezer, Dr. Gero, C-18, C-16, Trunks y Célula, todos ellos muy bien recreados, además mediante un sencillo truco, podíamos desbloquear las versiones Super Saiyajin de los protagonistas. Para representar de una manera más fidedigna las batallas, se implantó el bautizado como sistema «Split Screen», por el cual la pantalla se partía en dos, permitiendo abarcar las enormes distancias entre ambos contendientes y facilitando la ejecución de las técnicas más poderosas, que por cierto estaban muy bien representadas todo sea dicho: Kame Hame Ha, Genkidama, Final Flash y una larga lista de movimientos devastadores que hacían las delicias de los fanáticos de la serie de Toriyama. Unos escenarios poco detallados pero bastante representativos eran testigos de los combates al ritmo de unas melodías, que a pesar de no tener nada que ver con las originales de la serie, eran pegadizas y de una gran calidad, destacando por encima de todas ellas la del escenario del androide C-16.
Aunque algo tosco, el juego colmaba las ansías de los aficionados, y con eso teníamos suficiente |
El modo historia arrancaba con unas diapositivas en las que se nos narraban los primeros compases de Dragon Ball, todo para dejarnos el control en el combate contra Piccolo en la final del torneo mundial de artes marciales, a partir de ahí se sucedían las batallas, hasta llegar al enfrentamiento final contra Célula, cameo de Mr. Satán incluido, puesto que el fanfarrón personaje aparecía si éramos capaces de superar el juego en su dificultad máxima y seleccionado el luchador correcto en cada combate según la historia original. Todo eso sin poder perder ni un solo combate, puesto que el Guerrero Z desaparecería de la lista en posteriores peleas si caía en batalla. El juego no se contentaba con plasmar esa propuesta, había que añadir al cóctel el modo a dobles y la posibilidad de disputar torneos de hasta 8 jugadores y ya teníamos el juego de Dragon Ball que los aficionados siempre habíamos deseado.
Seguro que estas páginas hicieron mucho 'daño' a la economía familiar de más de uno ;) |
Una joya de 16 megas que hacía suspirar a todo aquel que no había tenido la suerte de poderlo probar. Dragon Ball Z: Super Butouden acabó llegando al mercado PAL, más tarde que pronto, pero al menos solucionó el problema de tener que desembolsar por él una cantidad de dinero desorbitada, unas 18.000 pesetas de las de antes, eso sin contar que necesitaba del adaptador de cartuchos NTSC para funcionar. Al llegar de manera oficial a nuestro mercado, su precio era el habitual de cualquier juego de Super NES de la época. En resumen, un título que sin duda, fue todo un sueño hecho realidad para los millones de admiradores de la obra de Toriyama y que sentó las bases para lo que nos vendría en el futuro.
Lee nuestro Retrodossier especial de juegos Dragon Ball volumen 1 y 2
Quizás también te interese el libro Dragon Ball: Los videojuegos de una generación (Vol. 1) de David Jaumandreu y editado por STAR-T Magazine Books.
42.000 pesetas pagué yo por el SMC. Que si, que lo usé para muchos otros juegos pero el desencadenante fue este.
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