Disponible en varios formatos para ZX Spectrum tras la edición física
Volcano Bytes informa que ya está disponible desde su página en itch.io y en descarga gratuita La maldición de Trasmoz (The Curse of Trasmoz) para ordenadores ZX Spectrum. Creado junto a Javy Fernández (Defectodigital) y Beyker en tareas musicales, se trata de un divertídisimo juego para nuestro querido Speccy que utiliza el motor AGD hasta estrujarlo al límite, y que cuenta con un fuerte cariz arcade y una jugabilidad muy medida.
Tras haber aparecido hace un tiempo en formato físico editado por PolyPlay, ya está disponible en descarga gratuita el último juego de Volcano Bytes y compañía. Accesible desde la página de itch.io, podréis descargaros el juego en diferentes formatos, e incluso realizar una pequeña aportación mínima si queréis acceder a unos suculentos extras, como el manual, un poster con la genial ilustración de Dani Diez, las músicas de Beyker, assets del juego... vaya, ¡todo un caramelo para los más curiosos y una forma de apoyar el desarrollo de este tipo de juegos!
En el juego, encarnaremos a un caballero que se interna en la pequeña localidad zaragozana de Trasmoz, que se caracteriza por un bonito castillo sobre una colina, y porque es considerado un pueblo maldito, históricamente cuna de brujas y males de ojos, ¡y por ser el único pueblo español oficialmente maldito y excomulgado por la iglesia católica!
El objetivo es encender todas las antorchas dispuestas en cada nivel antes de que acabe el tiempo |
Por delante nos esperan 3 grandes áreas divididas en diferentes niveles, con escenarios y enemigos distintos que tendrán sus propios comportamientos y que nos pondrán las cosas realmente complicadas si queremos sobrevivir y llevar nuestra misión a buen término encendiendo las antorchas diseminadas por los escenarios antes de que se agote el tiempo, y para que se abra así la puerta que nos lleve a la siguiente fase. Para encenderlas, tenemos que acabar antes con los enemigos, que al ser vencidos sueltan una especie de llama portátil que acumularemos en nuestro inventario.
Diseño exquisito para un arcade atemporal
Quizás lo que más nos ha gustado de La maldición de Trasmoz, es que exige que el jugador se vaya planteando y pensando cuál es la mejor manera de pasar cada nivel; hacer una especie de ejercicio de memorización cada vez que empieza de nuevo la partida, ya que no hay continuaciones, y el tiempo juega un papel esencial en cumplir con el objetivo marcado en cada fase.
Así que las primeras partidas se juegan con la intención de pasar el nivel y salir airoso, pero a medida que se van repitiendo niveles, lo que uno intenta es sacarlas en el mejor tiempo posible. Luego van surgiendo nuevas mecánicas, nuevos enemigos (¡malditos bichos voladores al estilo medusas de Castlevania!) y nuevas maneras de pasar las fases. Todo está diseñado concienzudamente para que el jugador asimile las mecánicas y dar sensación de avance. Encontraremos momentos en que debamos pasar por los laterales de los niveles para salir por ellos a o Bubble Bobble, por lo que el diseño de las fases irá obligándonos a usar esta característica a medida que los vayamos superando.
A medida que avanzamos surgen nuevos enemigos con patrones diferentes |
Por otro lado, gráficamente es un juego que ha sabido adaptarse perfectamente a la plataforma y a tener que supeditarse a las exigencias de un engine. El concepto de arcade de pantalla fija ayuda a tener las cosas controladas y medidas en cada pantalla, pero aún así es digna de mención la capacidad que han tenido los diseñadores de lograr que tengamos la sensación de estar frente a una máquina recreativa con color clash. La tonada que nos acompaña en las partidas va cambiando por cada número determinado de niveles superados, ayudando a que nos cansemos de ella y a que mejore la ambientación general.
El sistema de colisiones, uno de los quebraderos de cabeza principales de los diseñadores del juego, está finalmente bien resuelto, y aunque es cierto que a veces va algo justito y no se sabe muy bien si la culpa por morir es o no del jugador, al final no hay que perder de vista que se trata de un juego que apela a una época determinada y al final el cerebro acaba por acostumbrarse acostumbra.
En definitiva, La maldición de Trasmoz es un juego realmente muy divertido, técnicamente correcto, que ha sabido atender a sus propias limitaciones y que se ha centrado en un aspecto audiovisual notable, sin aspavientos y al servicio de la jugabilidad. Si no te pudiste hacer con la edición física en cinta, ahora tenéis la posibilidad de descargar el juego para emulador o el ordenador original totalmente gratis, aunque un juego así, y con todos los extras disponibles, merece muy mucho la pena que hagáis una aportación económica como apoyo a Volcano y el resto de integrantes del equipo de desarrollo. ¡Fenómenos!
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