En 1987 SEGA y Westone se animaron a publicar un juego algo diferente en formato recreativa, y es que Wonder Boy: Monster Land combina la agilidad y la presión típica de los arcades, con las aventuras de exploración y las plataformas más típicas de las consolas. Una combinación audaz y única que llega de nuevo a nuestras pantallas en Switch de la mano de M2 y el sello Sega Ages. ¿Será suficiente para encandilarnos?
La saga WonderBoy es tan compleja de seguir la pista como inútil. Licencias, diferentes versiones, cambios de nombre según territorio y sistema donde fue lanzado, los Adventure's Island de Hudson de por medio... en fin, lo mejor es que todo interesado en esta curiosa serie de la pequeña Westone investigue un poco y se haga un bonito esquema para intentar entender algo. Para el juego que nos ocupa bastará con saber que fue el segundo de la serie y que fue lanzado en origen en el 87 en el mercado de los arcades, —solo en Japón— y que luego fue versionado en otras plataformas saliendo ya en otros territorios. Posiblemente el juego sea más conocido por su versión para Master System.
Aquí nuestro héroe ya bien equipado |
El juego publicado en Switch es, sin embargo, el original arcadiano pasado por el sabio filtro de los chicos de M2 que, aunque sin maravillarnos como en ocasiones anteriores, han sabido aportar su granito de arena para que esta no se quede en una exigua experiencia de esas pasajeras que podrían llegar a frustarnos. Ya antes había sido lanzado de forma oficial, por ejemplo, en la consola virtual de Wii, en Xbox Live o PSN.
De hecho, si por algo se caracteriza Monster Land es por ser hijo de su tiempo, una época donde el jugador se las veía y se las deseaba para avanzar y superar todos los retos que los diseñadores de los juegos les lanzaban. Si encima a esto le unimos que se trataba de un título programado para ser explotado en arcades, donde el yen es el que mandaba, entonces apaga y vámonos. Sí, no os vamos a engañar, este título es difícil, penaliza una barbaridad nuestras partidas y puede llegar a ser cansino, pero por el otro lado también es divertido, engancha, es entrañable y está repleto hasta los topes de secretos.
Escucha bien lo que te dicen los personajes que vayas encontrando en tu aventura |
La historia nos sitúa en la piel de Book, quien tiene que liberar al reino de un malvado dragón. Para ello solo contará al inicio con una pequeña espada y una poción revitalizante que un brujo nos otorgará al inicio de la partida, y posiblemente una de las pocas concesiones que nos harán, así que aprovechadla. Nuestro personaje se paseará en paños menores en los primeros compases, como si de un Sir Arthur cualquiera se tratara, y no será tras recopilar valiosas monedas y cambiarlas en las tiendas por mejoras en nuestro equipamiento, cuando la cosa comience a tener color.
Nuestro protagonista posee un movimiento peculiar, con cierta —e irritante— inercia y un mandoble realmente lento que poco puede hacer contra los ágiles movimientos de nuestros enemigos. Por fortuna contaremos con un buen puñado de corazones a modo de vida que pueden recuperarse subiendo puntuación y usando bebidas y similares que podemos tomar en algunos bares.
M2 ha incluido modos time attack para hacer más interesante el juego |
En el fondo, este es un juego de plataformas con toques roleros, que nos obligará a probar una y otra vez cuáles son las mejores armas y equipamiento para abrirnos paso a lo largo de sus 11 niveles. Derrotar los bosses finales puede ser simplemente una táctica de a ver quien dura más, pero lo cierto es que todo está pensado para que juguemos una y otra vez hasta que encontremos la mejor táctica. El tema de las monedas sí que es algo más controvertido, y a que a menos que hagamos uso del truco para multiplicarlas —viene más o menos explicado en el manual digital que acompaña el juego—, lo pasaréis muy mal, ya que será imposible mejorar vuestro equipo de manera equilibrada según avancéis. Tampoco ayuda que un reloj de arena nos meta más presión y no nos permita explorar con gusto los niveles.
Esto y sus crudos gráficos, a caballo entre el estilo sombreado y perfiles negros de Golden Axe y los arcades anteriores —más exiguos— de Sega, podría echar para atrás a todos aquellos que quisieran acercarse al juego solo por su nombre. La banda sonora tampoco ayudará mucho, ya que en la mayoría son melodías repetitivas y simplonas, aunque por fortuna van cambiando a medida que también cambia el escenario.
Gracias a la mejora de las botas saltaremos y correremos más |
Todo esto situaría a Monster Land en un punto intermedio de nuestra balanza, pero M2 ha incorporado en este lanzamiento algo de su magia negra, por lo que podremos disfrutar con modos especiales, como time attacks, jugar sin el truco de las monedas —solo para los que quieran pasarlo mal— o continuaciones infinitas. También podremos publicar en línea nuestras mejores puntuaciones, grabar partida o grabar nuestra partida. Buenos añadidos para un título que no ha envejecido del todo bien y que es un evidente producto de la época.
Esta nueva versión de Wonder Boy: Monster Land está disponible para Switch por 6,99 € en la colección SEGA AGES.
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