Último episodio publicado: 28 de abril de 2024


26 de julio de 2012

Nuestra vieja Dreamcast y Gun Lord nos ponen a prueba. ¿Quién podrá más?

Hay un hecho que es conocido por todos: Sega fabricó una consola que no estaba pensada para durar. La 128 bits es una pedazo de máquina, adelantada a su tiempo y con un catálogo muy interesante, sobre todo en lo que respecta a las conversiones arcade y todos esos juegos que provenían de Naomi que Sega supo explotar como nadie. Las causas de su pronta desaparición no las explicaremos, pero el que una máquina con relativo poco tiempo falle tanto ya da más que pensar...

¿Por qué los destornilladores forman parte del 'Kit Dreamcast'? ¿Por qué?
Por desgracia así es. Con nuestro flamante Gun Lord en las manos sacamos del olvido a nuestra querida 'blanquita', y la recuperamos del fondo del armario. Abrimos la caja, quitamos plásticos, enchufamos todo lo enchufable, ponemos el disco en la consola, le damos al power y... ¡nada! Pantalla en negro. La consola se ha encendido, el motor del GDROM funciona, alguno de los ventiladores parece que tira... ¿Qué narices pasa? Una rápida búsqueda por internet nos da la solución. Aunque no es el típico caso del 'reseteo', es algo parecido. Algunos componentes de la, con perdón, mierda de fuente de alimentación no hace buen contacto, los condensadores puede que se hayan ido a dar un paseo o algún ventilador no tira porque no le da la gana. El nuestro fue el último de los casos. El ventilador del lateral no echaba a andar, y cuando eso ocurre a Sega se le ocurrió que un buen método para proteger la consola sería simplemente no terminar de arrancar. No pistas ni nada.

Con lo preparadito que lo teníamos todos
y ahora nos deja tirados... ¡Grrrrr!

En fin, afortunadamente los tornillos de la carcasa son de estrella de toda la vida, y no esos infernales tornillos típicos de las videoconsolas, así que abrir la Dreamcast es coser y cantar, pero creednos si os decimos que estamos muy cabreados. Esta es la única de las consolas en nuestro poder que da tantos problemas. Ni la DUO-R, i la NES, ni la GameBoy ladrillo, ni la Master System, ni siquiera el Mega CD, da tanto por saco. Sega se cubrió de gloria al encargar a no-se-que-país-asiático el ensamblaje y fabricación de algunos de sus componentes y esto se nota, vaya que si se nota. ¿Dónde quedó la tan cacareada fiabilidad nipona? Por el camino, imaginamos. Pero bueno, después de unos 'toquecitos' el motor del ventilador se puso en marcha, y aunque creemos que la pila interna se ha ido a hacer gárgaras (¿siempre estamos en 1997?), al menos el disco comienza a girar mientras nos preparamos con nuestro joystick a repartir estopa espacial. ¡Está a punto de empezar una nueva aventura!




No es la primera vez que os hablamos de Gun Lord. Ya en el número 6 de RetroManiac analizamos la versión para MVS aparecida en el primer trimestre de año y que tuvimos ocasión de probar durante unas horas gracias a un compañero. Sin embargo, como ni tenemos hardware arcade de NeoGeo, ni pensamos gastarnos más de 300 eurazos en el cartucho, decidimos esperar a la versión Dreamcast que es la que ha caído ahora en nuestras manos. En un principio el juego es prácticamente el mismo que en el hardware de SNK, una suerte de Turrican con grandes, grandísimos niveles por explorar, muchas armas, enemigos descocados y un apartado gráfico más que notable


El primer boss. No es tan fiero como lo pintan
Comenzamos utilizando nuestro flamante arcade stick, pero pronto nos damos cuenta que Gun Lord se maneja infinitamente mejor con el gamepad, de hecho es un título que chirría un poco en NeoGeo, su concepción de grandes niveles, la exploración, las diferentes armas, la combinación de tipos de niveles, se acercan más a lo que podríamos esperar en un juego para ordenadores y en menor medida, videoconsolas. Los primeros compases en el primer nivel nos sirven para hacernos con los controles y los botones de acción. Uno para saltar, otro para el disparo normal, otro para soltar una bomba y los laterales para utilizar el rayo y convertirnos en bola. Todo está fuertemente influenciado por la serie Turrican, de hecho no creemos que sea algo que le preocupe al NG:DEV, incluso los gráficos y la banda sonora parecen sacados de alguno de los títulos de Manfred Trenz.


A mediados del primer nivel comienza a llover y todo se vuelve más 'chungo'


Tras comprobar que la forma de obtener las diferentes armas y los items es igual (pegando cabezazos a una especie de mini plataformas volantes), nos ponemos en marcha. El objetivo principal del juego es localizar a nuestra mujer perdida y salvarla de las garras de quien quiera que la tiene secuestrada, pero por el camino deberíamos recoger una especie de diamantes violetas, derrotar a un buen puñado de enemigos y quitarnos de en medio a los bosses finales. Nos llama la atención lo enorme de los niveles, multidireccionales y repletos de recovecos y secretos por descubrir. Un primer recorrido en la primera fase nos puede llevar tranquilamente siete minutos si vamos tranquilamente, pero si queremos localizar todos los objetos antes tendremos que memorizar el mapeado jugándolo varias veces.


Una bonita puesta de sol para el tercer nivel.


No todos los niveles son de este tipo. De hecho nos esperan sorpresas en forma de fases horizontales a lo matamarcianos, que aunque algo efímeras, si que le dan un puntillo interesante y algo de variedad después de tanta exploración. Los gráficos siguen la misma línea, y la jugabilidad no se resiente, pero, por extraño que nos parezca, nos ha parecido excesivamente sencilla para lo que estamos acostumbrados de estos chicos...





El tercer nivel vuelve a ponernos los pies sobre la tierra, aunque en esta ocasión el mapeado no es tan grande. Aparecen nuevos enemigos y la dificultad aumenta un poco, sobre todo a la hora de sortear a unos... bueno, mejor lo veis vosotros mismos. El problema es que en esta ocasión los diseños de fondo son quizás demasiado recargados y es fácil confundirse con el primer plano de la acción, que es realmente lo que nos importa. Algunos de los bichos que vienen a por nosotros no los veremos hasta que sea demasiado tarde, y no será extraño que nos preguntemos que narices nos ha disparado ¡si no habíamos visto nada! Son pequeñas cosas más o menos irritantes que en cualquier caso no desmerecen un conjunto bastante bueno.


Si nos hacemos bola podemos dejar bombas en nuestro camino


Desgraciadamente nuestra Dreamcast volvió a hacer de las suyas a estas alturas de la partida y nos sobrevino el 'reset' de la muerte, aquel que tanto temíamos en nuestras maratonianas partidas con Gunbirds 2. Lo dejaremos aquí por ahora mientras buscamos nuevamente el destornillador, pero baste decir que GunLord es fantástico, es un juego que parece diseñado en los años 90, deudor de unos increíbles juegos para Amiga que sorprendieron a propios y extraños, con unos gráficos y una banda sonora que os traerán recuerdos inevitablemente, y que, ahora sí, podemos comprar por un precio razonable para Dreamcast.

2 comentarios:

  1. Muy interesante, estaría genial una versión para las consolas de 16bits :P Porque ni tengo neogeo ni DC, una pena, me quedo con las ganas de probarlo

    Buena review por cierto ;D

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  2. ya sé que igual no es lo mismo - no sé como iría el juego allí- pero igual puedes disfrutar el juego en algún emulador de Dreamcast como DEMUL o así.
    Y bueno, las dreamcast no suelen ser consolas que se revalorizasen - a diferencia de neo geo- y se pueden encontrar buscando un poco a no más de lo que cuesta un juego actual de 360 o ps3, por ejemplo.

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