Aunque definido como un plataformas y a veces comparado con juegos del tipo de Super Meat Boy o Electronic Super Joy, lo cierto es que The Impossible Game es uno de esos runners que tan de moda se han puesto, por lo que se asemeja más a cosas como Bit Trip Runner, Line Runner, Flip Runner o, por supuesto, Canabalt. Esto es, nuestro personaje avanza automáticamente y nuestro cometido es sortear los obstáculos que nos van saliendo al paso, normalmente pulsando el botón de saltar en el momento justo.
El aspecto del juego es tan minimalista como su mecánica. El protagonista es un cuadrado naranja y nuestros enemigos son triángulos, cuadrados oscuros o un suelo negro. Ni siquiera el fondo tiene detalle alguno. El salto, por su parte, es suave y preciso, condiciones fundamentales en un juego que te exige que ajustes al máximo el timing a la hora de pulsar el botón de saltar.
Y es que The Impossible Game te desafía ya desde el propio título. Te exige tanto reflejos como memoria, tal y como viene siendo habitual en este tipo de juegos. Ninguna pantalla supera los dos minutos, pero pasar de los treinta segundos casi se siente como ganar. Es difícil, sí, pero también justo con el jugador, si eres suficientemente hábil no tienes por qué morir, y ese es el secreto para que, además de peligrosamente frustante, The Impossible Game sea tremendamente adictivo.
Se mantiene en esta versión algo que el juego no incluía en sus orígenes, pero que sí se añadió en posteriores lanzamientos: el Practice Mode. En cualquier momento del juego puedes dejar una bandera a modo de checkpoint, para no tener que empezar desde el principio del nivel si las cosas no van bien. Obviamente no vas a debloquear el logro pertinente si te pasas la pantalla con la ayuda de las banderitas, pero sí que son útiles para probar una y otra vez esa parte especialmente difícil que no te deja avanzar. Lo que sí es completamente nuevo es el simplísimo editor de niveles que trae consigo The Impossible Game y con el que seguramente se harán virguerías más pronto que tarde.
Con respecto al apartado sonoro, en un principio creíamos que la música iba a tener más protagonismo del que en realidad tiene. Pensábamos que había que prestar atención a los temas musicales para dar los saltos al ritmo, pero no os hagáis una idea errónea, no es así. Lo que sí es verdad es que la música se deja escuchar sin problema, además de que el juego hace coincidir los “subidones” de los temas con las partes complicadas de la pantalla, lo que hace que aumente el componente épico.
En resumen, The Impossible Game es extremadamente fácil de jugar, aunque de dificultad elevada y muy adictivo. Un ejemplo de que las reglas más simples también pueden ofrecer varias horas de diversión. Es cierto que puede que sea un juego más apropiado para jugar en nuestro smartphone esperando al autobús que en el sofá de casa en pantalla grande, y es que nos gustaría haber visto algunas mejoras más teniendo en cuenta el precio al que se ha puesto a la venta. Sea como fuere, os advertimos que soltaréis varias veces eso de “una más y lo dejo”.
Tras pasar por Greenlight, desde el 9 de mayo puedes hacerte con The Impossible Game vía Steam o, si lo prefieres, también lo tienes para muchas otras plataformas.
Por: PixFran
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