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29 de noviembre de 2011

1001 videojuegos a los que hay que jugar antes de morir

La semana pasada os hablamos en RetroManiac del lanzamiento el pasado 17 de noviembre en España de un más que interesante libro. ‘1001 videojuegos a los que hay que jugar antes de morir’ es un enorme tomo de casi 1000 páginas que recopila en su interior ese millar de videojuegos que para sus autores son imprescindibles de que al menos los probemos una vez en nuestra vida, antes de… bueno, eso.

No son muchos los libros de este tipo que llegan a nuestro país, y mucho menos traducidos, así que en primer lugar este es el primer motivo para regocijarnos. Publicado por la editorial Grijalbo, el tomo es una traducción del libro aparecido el año pasado en tierras anglosajones obra de Tony Mott, redactor jefe de la revista Edge, toda una referencia en esto de la prensa de los videojuegos. De primeras sorprende el peso y tamaño del libro (¡esto no sirve para leerlo en la cama cómodamente por las noches!). La calidad del papel, las cubiertas y la encuadernación es la esperada para el precio aproximado en el mercado, unos 35 €. La maquetación es sencilla pero funcional, y la redacción es pulcra aunque con algunos fallos en la traducción que deberían corregirse en posteriores ediciones. Los errores se deben en ocasiones a la falta de conocimiento de los videojuegos de los traductores, pero en lo que hemos visto hasta ahora no son excesivamente graves.

Para la elaboración del mismo Tony se ha rodeado de una serie de periodistas del medio como (Owai Bennallack -PocketGamer-, Alec Meer -Rock, Paper, Shotgun- o Keith Suart -The Guardian-) que desde su punto de vista nos van enumerando y comentando los juegos más interesantes organizados por décadas. Comenzaremos en los años 70, una de las épocas más desconocidas para la mayoría de nosotros, mientras leemos con entusiasmo el origen de los videojuegos, la aparición de los primeros arcade tipo Pong, Boot Hill, Space Invaders o Breakout, videojuegos educativos de gran solera como The Oregon Trail (y a la sazón el juego que abre el libro) títulos de acción vectoriales como el eterno Asteroids, etc. La introducción corre a cargo de Peter Molyneux, el diseñador inglés creador entre otros de juegos tan populares como Populous, Theme Park o Fable, y que en cierta forma se sincera en las líneas que dedica al trabajo de Mott y sus colaboradores al principio del libro.

El paseo a través de sus páginas se hará menos árido a medida que vamos pasando generaciones y nos adentramos en mediados de los 80 y 90, momento en el que los videojuegos comienzan a aprovecharse de los avances tecnológicos, aparecen las consolas domésticas más potentes, los 16 bits, los juegos de ordenador que aprovechan ingentes cantidades de memoria RAM. ¿Cómo olvidarnos de nuestra primera partida con Manic Minner, Batman, Super Mario Kart, Sonic o Final Fight? Son experiencias que se ven reflejadas fielmente ‘1001 videojuegos…’ y que nos retrotraen a una época en lo que todo era más fácil.

Sin embargo no todo iban a ser juegos viejunos de hace tres décadas. No debemos olvidar que el último videojuego que menciona Scott es Alien Zombie Death, un título descargable para PSN y PSP minis que cierra la línea histórica de alguna forma en 2010. De hecho, la mejor forma de leerse este libraco es a modo de consulta. Si por ejemplo nos apetece saber algo más de los 80 podemos abrir el capítulo correspondiente y echarle una ojeada a todo lo que nos ofrece, pararnos en algún título que nos llame la atención por desconocido o por su calidad por ejemplo, y decidirnos a recuperarlo en nuestra memoria. Para ello por lo general los títulos más importantes de la compilación cuentan con su correspondiente captura de imagen, a veces a doble página, otras en formato más reducido, pero también echaremos de menos que no todos los títulos vienen acompañados de una imagen. Una lástima.

También echamos de menos un mayor número de títulos nipones y por supuesto representantes del software patrio. Es verdad que aparecen algunos lanzamientos exclusivos del país del sol naciente como Sin & Punishment para Nintendo 64, pero hay muchos otros juegos japoneses que objetivamente son más atractivos de los referidos en el libro y que son jugables para el público occidental al que va dirigida esta recopilación. También podríamos discutir el criterio de elección de uno u otro juego en detrimento de nuestros favoritos particulares, pero entonces entraríamos en un terreno del que fácilmente podríamos salir. No debemos olvidar que el libro es una selección personal realizada por casi 40 amantes de los videojuegos como nosotros, con sus preferencias, géneros favoritos y prevalencia por el producto anglosajón claro. ¿Quizás sea el momento de crear algo similar más hispano? Ahí os dejamos la propuesta…

En cualquier caso, ‘1001 videojuegos a los que hay que jugar antes de morir’ es un recorrido genial a través de la particular historia de este ocio electrónico y que nos descubrirá en ocasiones algunos títulos que desconocíamos, o que nos aportarán nuevas perspectivas en otros tantos juegos que habíamos olvidado en estos años.

Podéis conseguir el trabajo de Mott en librerías o directamente a través de la web Megustaleer.com

2 comentarios:

  1. Que buena pinta tiene!! En Factoryarcade.com tendremos que hacer una maquina con esos 1001 juegos!!!

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  2. Tochaco! Se ve interesante!

    Madre de DIOH, la de horas que hay que tener para leer eso.

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